Como ya he contado aquí (y cada vez que tengo ocasión) lo mío con los macarons roza lo enfermizo, y después de muchos intentos, por fin creo que le he cogido el truqui. Aquí va la primera de muchas (espero):
Ingredientes para 32 tapas (16 macarons):
- 85gr de almendra molida
- 150gr de azúcar glas
- 2 claras de huevos grandes (fuera del frigorífico 24h)
- 55gr de azúcar extrafino (azúcar normal con 3 golpes de thermomix o robot de cocina)
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
Ingredientes para el relleno:
- 50gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 150gr de azúcar glas tamizado
Preparación de las tapas:
- Se tritura la almendra molida y el azúcar glas (a golpe de thermomix o de robot de cocina) 15 segundos.
- Hay que tamizar la mezcla un par de veces.
- Se montan las claras a punto de nieve en un bol.
- Sin dejar de batir, se añade el azúcar poco a poco, hasta tener una mezcla consistente.
- Se incorpora la vainilla.
- Con una espátula se mezcla el preparado de almendra y azúcar glas tamizados con las claras poco a poco (en 3 o 4 tandas).
- Remover hasta obtener una pasta homogénea y espesa.
- Se mete la pasta en una manga pastelera con boquilla lisa de 1cm.
- Hacer circulitos en una bandeja de silicona (o, en su defecto, en papel de horno) encima de la bandeja del horno.
- Darle un golpecito por cada lado de la bandeja y dejarla caer con un golpe seco contra una mesa o la encimera.
- Dejar reposar los macarons 2 o 3 horas a temperatura ambiente (hasta que estén duritos).
- Precalentar el horno a 160 grados (aquí cada horno es un mundo y hay que ir probando).
- Se dejan en el horno de 10 a 15 minutos (lo dicho, cada horno tiene sus manías).
- Se dejan reposar 10 minutos y se despegan de la bandeja para dejarlos enfriar del todo.
Preparación del relleno:
- Se bate la mantequilla con la vainilla hasta que esté espumosa.
- Se incorpora el azúcar glas y se mezcla hasta obtener una mezcla homogénea.
Y ya al final, se unta el relleno en una tapa y se pega otra tapa encima.
Si podéis resistiros, dejadlos reposar un par de días, están más ricos.
Para muestra un botón, el resto nos los comimos más rápido que deprisa |