Este es uno de los postres que más me gusta, se pueden hacer casi de cualquier cosa, de hecho no tienen por qué ser dulces (aunque yo siempre las tomo así). Se pueden rellenar, por ejemplo, de txangurro.
Las primeras veces que iba a preparar el moado1 terminaba llamando a mi Sr. Padre para preguntarle la cantidad que debía poner de cada ingrediente, porque tenía la lista, pero sin “números”. Siempre la misma respuesta: “Uuuy, eso… no tiene medidas ¡A ojo!”. Me dio unas medidas básicas para poder empezar, aunque luego hay que rectificar para arreglarlo.
Ingredientes (para empezar):
- 1 cucharada sopera de harina
- 1 cucharada sopera de maizena
- 1 huevo entero y una yema de otro
- leche
- "2 dedos" de mantequilla
- una pizca de sal
- un chorrito de aceite
Preparación:
- Se ponen la harina y la maizena en un cacharro apto para batidora y se le añade un chorro de leche, un poquito de aceite, una pizca de sal, la mantequilla derretida, el huevo y la yema.
- Se bate todo. Si queda muy espesa se le añade leche y si queda muy suelta se le echa más maizena (para rectificar mejor utilizar sólo maizena, nada de harina). Tiene que quedar líquida pero un poco espesa. Si queda muy líquida se romperán porque serán demasiado finas, mientras que si queda muy espesa no se harán bien, serán gordas y también se acabarán rompiendo.
- Se deja reposar en la nevera como mínimo una hora.
- Se calienta la sartén untada con mantequilla y se echa un cazo de moado, repartiéndolo bien por todo el fondo de la sartén, se deja unos segundos y se separan los bordes de la filloa de la sartén con un cuchillo, se le da la vuelta agarrándola desde un borde y se deja unos segundos más (presionar un poco si no se pega bien al fondo después de darle la vuelta)
- Si no salen bien, aquí también se puede rectificar de leche o de maizena.
P.D. Después de hacer cada filloa se limpia la sartén con un pincel de silicona.
P.D.2. Ya en el plato rellenar al gusto... miel, leche condensada, azúcar, nocilla, crema pastelera...
Es la primera filloa que hice, pero es la única foto que tengo. Con el resto no pude, se acaban antes de que saque el móvil.
1: Escribiendo este post he descubierto que realmente se llama “amoado”, pero toda mi vida le he llamado moado y así voy a seguir llamándolo. Es la pasta o crema con la que se hacen las filloas.
Esta crema es muy sencillita y muy rica. La receta salió de Casa Marcelo, un restaurante en Santiago en el que no puedes elegir los platos, sino que tienen un menú con 5 platos pequeños, diferentes cada día. Nos la sirvieron una de las veces que fui a comer allí con mis padres y me encantó! Así que mi Sr. Padre la imitó en casa (imitó pero le sale mejor que la original) y me pasó la receta:
Ingredientes:
- Guisantes congelados
- Aceite de oliva 0,4 para cocer
- Sal
- Leche
- Aceite de oliva hojiblanca para decorar
- Un par de berberechos por plato (opcional, opcionalísimo porque no nos gustan y los he quitado)
Preparación:
- Cocer los guisantes con mucha agua, sal y un chorrito de aceite.
- Cuando estén tiernos se escurre casi toda el agua, pero reservar algo.
- Se baten los guisantes al tiempo que se añade leche y el agua de cocerlos hasta que tenga la textura de la crema.
- Pasar por el chino un par de veces, hasta que no queden pieles de guisante.
- Servir y añadir un chorrito de aceite de oliva hojiblanca en el centro y colocar los 2 berberechos encima (o no).
Tiene un color súper bonito, aunque parezca radioactiva.
Este plato es rápido y facilísimo de preparar. Lo recuerdo un poco de memoria, porque la última vez que lo vi hacer yo tendría unos 12 años (como máximísimo). Nos la hacía la madre de una amiga mía del cole cuando iba con prisas y me encantaba. Luego, cuando me mudé para ir a la universidad y empecé a hacerla yo, pero no estoy segura de que la receta original fuese esta.
Esta mastrujada no me he atrevido a dársela a probar a nadie, me lo como yo solita cuando llego de trabajar a las casi-cuatro. A mi conejillo de indias le expliqué como era y por la cara que puso aun no me he atrevido a ponérselo en el plato.
Ingredientes (para una persona):
- Macarrones (aunque acepta cualquier tipo de pasta, yo esta vez lo he hecho con corazoncitos)
- Una lata de atún en aceite de oliva
- Salsa de tomate frito
- Un huevo
- Queso rallado (opcional)
Preparación:
- Se cuece la pasta en abundante agua con sal.
- Cuando empieza a estar cocida (si nos gusta al dente hay que sacarla un poco antes) se escurre bien y se pone en un recipiente apto para microondas (yo uso una fiambrera -tupper si se dice en moderno-).
- Se añade el atún, se echa el huevo crudo sin batir (tal cual sale de la cáscara), la salsa de tomate y el queso rallado.
- Se mezcla todo bien y se mete al micro un par de minutos. Si cuando lo saquemos el huevo sigue crudo lo volvemos a meter un ratito más hasta que la clara esté blanca. Es mejor ponerlo varias veces e ir revolviendo cada vez, porque si se pasa el atún queda hiperseco.
- Se saca del micro, se pone en un platito y si queremos le podemos añadir un poquito más de queso rallado. La pinta es bastante dudosa, pero de sabor a mi me gusta mucho.
Hasta aqui todo bien, salvo que las fotos las he sacado con la misma velocidad que he preparado la comida y han quedado un poco horrible
La pinta de esto no hay photoshop que lo arregle
Truqui: Para que la pasta quede más suave, después de escurrirla se vuelve a poner al fuego con una cucharadita de mantequilla y se revuelve hasta que la mantequilla se derrita completamente y empape la pasta.
Esta receta es del libro Recetas básicas de chocolate, que me regaló mi Sr. Padre en una de sus primeras visitas a mi nuevo hogar.
Ingredientes (da para unas 20-25 galletitas):
- 125gr de mantequilla a temperatura ambiente como mínimo (yo la meto un ratito en el micro, aunque normalmente se me acaba derritiendo por completo y... no mola, así que ojo con el tiempo)
- 250gr de harina
- 150gr azúcar glass
- 1 huevo
- 20gr de cacao en polvo valor
- 4 cucharaditas de azúcar de vainilla
- un poco de azúcar
Primero se ablanda la mantequilla y se mezcla en un bol con el azúcar glass y la vainilla. Si la mantequilla se ha derretido por completo, se mezcla igual, se mete un par de minutos en la nevera y se vuelve a mezclar hasta que no quede nada líquido.
Aquí la mantequilla se me había derretido. La foto es después de meterlo de nuevo en la nevera y volver a mezclar.
Luego se le añade el huevo y se mezcla bien.
Cuando ya se tiene una mezcla homogénea se añade la harina y se mezcla bien, obteniendo una bola homogénea (no hay que trabajar demasiado la masa). Se parte la bola en dos mitades y a una de ellas se le añade el cacao, mezclándolo bien para que el color quede uniforme, y se guardarán 15 min en la nevera.
Se extienden las dos masas por separado formando dos rectángulos de medio centímetro de grosor (para que queden rectángulos iguales cuando ya tengo la masa extendida las corto poniendo medio folio encima)
Se coloca el rectángulo de chocolate encima del otro (ojo, la lámina rompe con facilidad, para evitar cristos yo lo que hago es cortar las masas encima de papel de horno para luego poder volcar el rectángulo de chocolate encima de la sin-choco, con cuidadito para que coincidan) y se enrollan con cuidado (también rompe, si pasa eso hago trampa y estiro un poquito la masa de fuera (la sin-choco) hasta que remiende y no se note la grieta).
Ahora se reboza el rollo en azúcar y se precalienta el horno a 180º. Se va cortando el rollo en rodajitas y se colocan encima de papel de horno en una bandeja.
Se hornean durante 15-20 minutos, se dejan enfriar y listas para comer :)
Nota: Hay que sacarlas del horno cuando empiezan a estar doradas, sino tendrás piedras bicolor.
No sé muy bien cómo empezar, así que contaré lo imprescindible: me gusta cocinar pero no tengo ni idea (realmente soy un desastre) así que no esperéis (al menos de momento) ningún plato súper elaborado ni ninguna idea innovadora de cocina.
En realidad, el objetivo de este blog es ir escribiendo las recetas que voy probando, y de esta forma obligarme a hacer cosas nuevas y, de paso, poder tener mi bloc de notas online.
Las recetas que haré, en un principio, serán las sacadas de blogs, de libros de cocina, o -como no- de las llamadas por teléfono a mi Sr. Padre.
